Este portátil renueva la gama iBook, compartiendo nacimiento con el iPod, además de su línea de diseño y el exterior de sólido policarbonato blanco.
Sobre su antecesor, el iBook Clamshell
sólo decir que fue la versión portátil del iMac, pero cuyo diseño en forma de concha fue bastante polémico aunque tan personal e innovador que le permitió incorporarse a la colección del MoMA junto al Macintosh SE, el Cube
y los altavoces esféricos y totalmente transparentes de éste último.
Perdió este nuevo iBook
una llamativa asa para llevarlo —exactamente como tuvo la Valentine
de Olivetti—, que le había proporcionado el eslogan de su lanzamiento: “iMac to go”, al mismo tiempo que perdió su forma similar a la silueta de concha, para volver al formato rectangular aunque con esquinas y aristas redondeadas como el iPod; y finalmente pierde su gama de atrevidos colores, casi ‘sabores’, mandarina o arándano (1999), y grafito, índigo y lima, que se incorporaron al año siguiente.
Posteriormente sus pasos en la evolución de su diseño continuaron con la estética iPop
para incorporar el negro y continuar una larga trayectoria como el Clasic
de los portátiles destinados a estudiantes y consumo generalizado.