El frasco diseñado por Antoni Arola está inspirado en las botellas clásicas de aguas de mesa de especial prestigio, que contaban con un cierre metálico similar a éste, por lo que Aguas de Solán de Cabras lo adoptó en 2009 para una edición limitada que acompañaba a su valorada botella azul creada por Roberto Turégano.
El carácter unisex en la orientación de su diseño le proporciona un diseño limpio y exento del marcado temperamento femenino o masculino, propio del mercado de los perfumes. Su autor lo describe como “evocador de las clásicas termas romanas” y su personal estética ha supuesto un hito en las fragancias de esta firma.
La gráfica del frasco, la caja y la presentación de producto son obra de Pati Núñez, que ha reflejado en ella su propia elegancia y sencillez visual.